- ¿Cómo sabes que estoy asustada? - Le preguntó, mirándole a los ojos, sorprendida.
- Tu corazón, lo escucho, late muy fuerte, muy rápido. - Se lo dijo, mirándola a los ojos, risueño.
- No estoy asustada. Estoy intentando comprender.
- ¿Comprender? ¿Qué es lo que intentas comprender? -Esta vez el que habló sorprendido, fue él.
- Intento comprender que hacemos aquí, en esta pequeña isla, un desconocido y una desconocida. Intento comprender por qué el agua es verde. Intento comprender como llegamos a este lugar. Y lo más importante, intento comprender, por qué a mi me late el corazón, y a ti, Señor Desconocido, no.
- Yo, puedo ser el que le de respuesta a todas esas preguntas, con una sola palabra. La palabra es sueño.
Y se despertó, temblando, de ese extraño y horrible sueño.