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miércoles, 29 de abril de 2015

Esa facilidad que tenemos de olvidar...

Hoy hablamos de Nepal, hace poco de un accidente aéreo, hace ya años de un tsunami en Indonesia. 

A veces hablamos de que la vida sigue, y lo hace, pero ¿olvidando de esa manera tan rotunda en la que olvidamos? Las personas que necesitan ayuda solo la reciben al principio, cuando los medios dan morbo a las situaciones, pero cuando la misma cansa, se olvidan de esas catástrofes y de la personas y sus historias. No hay nada más que explotar. 
Pocos ayudan a los que la necesitan, y muchos olvidan eso que se llama solidaridad. Twittean y apoyan por las redes sociales, pero tristemente, pocos lo sienten, sino que se mueven incitados por los medios y las "tendencias" del momento. Pocos agradecen esa ayuda que ofrecen los voluntarios y que no todos pueden aportar. 
Casi ninguno se acordará del año en el que sucedieron, ni cuantas personas murieron, ni de todas esas historias que cayeron en las orillas de la vida. 

Deberíamos recordar con mas asiduidad. Mostrar que no hemos olvidado todas esas vidas humanas perdidas, todos esos momentos que no vivieron ni pudieron experimentar. Recordar y no olvidar que esas cosas les pasan a cualquiera, pero que  cualquiera somos todos. 

domingo, 23 de marzo de 2014

Estaba muerta

Estaba muerta. Las mejillas heladas, aquellas mejillas que en su momento, habían tenido un gracioso color rosado. La boca se había quedado abierta, desencajada. Y sus ojos, aquellos ojos con los que había llegado a ser lo que se proponía, se habían quedado sin el brillo, que la vida les otorgaba. Sus ojos parecían las puertas que le habían llevado más allá donde cualquier alma en vida podía llegar. Era algo evidente, estaba muerta

No nos esperábamos su muerte. No nos esperábamos que cayera de esta manera. Nos prometió vivir, y ahora se ha ido, incumpliendo, quizás, la promesa más importante de su vida. Prometió no dejar nunca solos a sus hermanos. No al menos en este mundo corrupto. No al menos sin protección.

Ya era tarde, debía escapar junto con Irine, para que no nos separaran. Ya bastante había sido con ver a su hermana mayor muerta, que también ver como se llevaban a su hermano. Solo estábamos nosotros. Y no íbamos a permitir que nos separaran. 


Irine estaba muy decaída, quizás un parte de ella había muerto con nuestra hermana. Pero, ¿No es así? Cuando una persona muere, una persona que queremos, una parte de nosotros también muere, ¿Verdad?. Creo que Irine y yo, también estábamos muriendo, al menos un poco. Mi hermana había sido presa de esa enfermedad que estaba azotando a la población desde hace 3 meses, que se había llevado a toda nuestra familia y amigos, y que solo había dejado en pie a unos cuantos. 

Nosotros llorábamos la pérdida de nuestra hermana, pero, ¿Cuantos más lloraban la pérdida de los suyos? 

La muerte es algo que es difícil de conocer, pero aún mas, de lo que hablar. Es un tabú, y lo seguirá siendo. La muerte es temor, es desconfianza, es frío, como las mejillas de mi hermana. Nadie quiere morir, porque nadie conoce que es lo que hay después de la muerte. Nadie conoce nada, algunos hablan de tontas teorías, creíbles para aquellos más ilusos, pero para aquellos que no nos creemos estas, solo nos queda saber, conocer que la muerte, es ese gran desconocido destino al que todo el mundo teme, pero todo el mundo llega.