
¿Nunca te ha pasado? Si, exacto, cuando las imágenes se te agolpan en la mente, no sabes de dónde provienen, solo sabes que no te gustan y deseas que no te pasen, ni a ti ni a nadie. Los peores horrores que te puedas imaginar están en tu mente, y después de eso, si, exacto, viene el miedo. Pues ya no es solo el nudo en el estómago, también la cara te palidece, y te pones nervioso o nerviosa. Sacudes la cabeza, parpadeas unas cuantas veces, y recuerdas que has hecho antes. Compruebas que nada está ocurriendo verdaderamente. El nudo en el estómago no está ya.
Miras a la pantalla del ordenador desconfiando de lo que te vas a encontrar. Una película de apocalipsis. Te preguntas cómo has puesto aquella película que tan poco te ha llamado la atención al leer reseñas. La quitas, miras hacia el techo y te das cuenta de que tienes una taza de café en la mano ¿Cuántos llevas ese día? Te lo tomas, pues no desperdicias tu amado café, pero ya no tomarás más, no al menos en ese día, claro.

Nada de café ni de películas de guerras y muertes en ese día, decides.
Y sonríes, pues nada de aquello con lo que tu imaginación intentaba engañarte es real, no al menos en ese momento.